Definitivamente, cualquier proyecto -y éste, sin duda, es uno de ellos- que fomente la creatividad de los alumnos combinando palabras e imágenes, posee un atractivo especial para ellos. Es más, con la debida concreción entre objetivos y contenidos y con una acertada selección de los mismos, el proyecto gana en diversidad y permite abordar una amplia gama de temas (educativos, coeducativos, morales, lúdicos, etc.).
Así mismo, me gustaría poner de manifiesto que se trata de una actividad perfectamente estructurada: justificación del proyecto; objetivos, contenidos y adquisición de competencias; actividades multidisciplinares; evaluación del proceso de aprendizaje y autoevaluación del mismo por parte de los alumnos. Lo que redunda en un proyecto perfectamente diseñado que permite al alumnado pasar por diferentes niveles en función de sus competencias y garantiza unos resultados más que satisfactorios.
Finalmente, me complace comprobar cómo los recursos informáticos y los proyectos educativos más motivadores siguen teniendo como referente una actividad tan hermosa como contar un cuento.
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